Seda me pides, lija te ofrezco: es lo único que tengo. Yo te pido tu boca, tu garganta, tu piel, tu pelo, tus brazos, tu espalda.
Me acercaré a ti desnuda, y me gustaría que me dejaras tocarte el pie con la punta de mi pie cinco segundos, y luego retirarlo. Y mirarte durante media hora en silencio, y que tú también estuvieras desnudo y en silencio. Y al final tocarnos hasta aprendernos de memoria el tacto de nuestra piel, de lija o seda, ¿qué más da?
A veces pienso que todo es inmensidad y que algún día me tocará ahogarme en algo..
La encontré sin darme cuenta y ahora está presente en mi cabeza. Ha pasado a formar parte de mi álbum de imágenes congeladas, sección 'cosas bonitas sin remedio'.
Y ahora, Rapsusklei, hable usted por mí:
Mengua, mengua, mengua. Dale fuerzas a mi corazón y trabajo a mi lengua. Venga, mengua. Enseñame tu jerga y desintégrame, menguántame, aún tengo cuerda. Solo me queda la esperanza y como siempre llegaré guaza y tarde. ¡Ay! Quién coño me mandaría a mí meterme en camisas de once varas.. Pisa el embrague y acelera que el futuro nos espera ahi fuera con ganas de guerra mientras tira palante, sangrando y malherida la nostalgia de mi menguante querida, mi vida. Perdón por buscar inspiración en la desilusión. Nunca fue rentable el enamoro. Sé que soy culpable por ser humano y soy humano porque aún lloro. Medialuna.
Solo quiero que pienses por un momento en todas esas cosas que nunca te digo. Analízalas y créetelo. Quiero que seas consciente de que realmente las pienso cada vez que hablamos, cada vez que nos saludamos, cada vez que mostramos un poquito más de nosotros. Cada vez que tu sola presencia, no necesariamente física, hace que todo esté un poquito mejor. Cada vez que de una o de otra manera acudimos el uno al otro, vaga y casi superficialmente. Y es ésta simplicidad y ésta discreción la que hace de esto algo más real, al menos desde mi punto de vista. Porque sé que aunque a veces no digamos nada realmente relevante, es suficiente para sacar una sonrisa. Solo quiero que si un día nos morimos o desaparecemos, nos secuestran o viajamos lejos, sepas que de una u otra forma eres importante para mí.
Es maravilloso analizar los lazos que se crean entre las personas y no entenderlos del todo. Es maravilloso contemplar a quien tienes delante, y percibir esa transparencia que configura al ser humano. Es maravilloso quedarse quieto y admirar detenidamente los movimientos de otros. Es maravilloso ver a alguien llorar, que se eche en tus brazos, y descubrir la fragilidad de las personas, lo complicado que hay en la simpleza del ser humano. Es maravilloso acariciar con los dedos la cabeza de aquellos a quienes quieres. Es maravilloso darse cuenta de que formas parte del mundo, de que formas parte de un conjunto, de que cada individuo es la fracción más importante de un todo. Es maravillosa la forma en que la más triste tristeza se transforma en una sonrisa gracias a un sencillo comentario. ¿Sabéis qué? Estoy contenta de saber apreciar éstas pequeñas cosas que, a primera vista y por sí solas, no parecen tener gran valor. Como dije hace no mucho, quizás una semana, céntimo a céntimo conseguiré hacerme millonaria. Yo no estoy dispuesta a perder ni un solo céntimo. De momento tengo unos pocos, los suficientes para que al caminar suenen en mi bolsillo recordándome en todo momento su presencia, y animándome seguir adelante.
Me encanta el sonido del metal mezclado con una bonita canción.
Sóplale al viento, corriendo, hirviendo luz secreta en cada noche que intento buscar tu pelo. Coge mi mano y aprieta los dedos, llévame a la fiesta verde del mar, azul del cielo, roja del suelo como no es tu pelo. Dame tu sombra. Pinta mi boca con tu boca de sal. Resbala mi mano por caminos de piel, tu piel; y el mar sonríe. Sonríe de ti y de mí, que somos espirales de color: rojo del cielo, azul del mar, verde del suelo como no son tus ojos.
Supongo que, en cierto modo, me revienta un poco la gente así, aunque sean los que son. Pero también los asao y los como yo. En fin, que voy a reventar. Bonita, es una lástima la existencia. Bonita tú, yo estoy conforme. Bonita los cojones, métete un dedo en el culo y luego me lo cuentas. Si tuviera mi surtidor.. Cállate.
Tiene gracia. Te pasas la mitad de tu vida sentada en la arena esperando a que suba la marea, y cuando por fin la tienes a tus pies echas a correr hacia el bosque.Lo que pasa es que no sabes lo que quieres, así que te limitas a esperar a los cambios. Una vez llegan los contemplas, los evalúas, si te agradan los aceptas y sino intentas huir. Es que somos gilipollas de nivel 34 ya. Vete asimilándolo porque cuanto antes lo hagas será mucho mejor. Plantas un bulbo y esperas que nazca una orquídea violeta, y en su lugar ves crecer ante tus propias narices un cardo borriquero en el puto medio de la maceta. Así sin más, sin disimular. La vida es muy descarada porque no tiene nada que temer. Ni perder. -“¿Qué he hecho mal?” -“La regaste demasiado.” Por eso debemos intentar poner los pies en la baldosa que toca, y no en la siguiente ni en la otra, y conformarnos con lo que pisamos, no vaya a ser que por maniáticos nos tropecemos con nosotros mismos. Que somos gilipollas, pero todo debe tener un límite..
- ¡Mi coronel! ¡Una ensalada doble para la mesa 6!
Acabo de mirar por la ventana. Estaba buscando la luna, y lo más parecido que he visto ha sido una farola. Vaya, no te creas que es tan grande la diferencia. Que está un poco más cerca y que los mosquitos celebran su reunión. Seguro que planean derretir el mundo. A veces los oigo murmurar. Te tengo que mandar Ondas Expansivas, aunque a tí no te hacen falta ni la mitad, porque eres como un animalito, un pajarito quizás. Eso es, un pajarito :) Una vez me hablaron de la belleza intrínseca de algunas personas. Y hay pocas, y te digo que una de ellas se llama Dani. A mí es que me sorprende, la facilidad. Dani, choca esos cinco. Dani, pásame otra. Dani, apaga la luz. Dani, deja de saltar. Te estoy imaginando con 7 añitos.. Y ahora con 70. Tienes que conseguir ser uno de esos viejos con barbas blancas y bastón, de los que se balancean en la amaca de su cabaña fumando tabaco negro en pipa mientras esperan al cartero. Pero el cartero no llega, llega una chica de unos 23 años cargada de mandarinas, y te dice que el mundo se está volviendo loco y que hay que salvarlo. Así que tú te montas en tu coche rojo con la pintura quebrada y vas al monte del Pelado, sacas una foto al valle, y se la das a esa chica junto con un saquito de incienso.
- Lo siento, se me han roto todos los calcetines. – le dices. - Vuelve otro día.
La chica se va llorando y tú sonríes. Cada vez se parece más a ella. El futuro es de color rojo.
Mickey Mouse ha sido Hasesinado. Con ‘h’ y mayúscula, para que parezca más dramático. Todos a sus puestos, coged el fusil que ha empezado la guerra. Yo mientras tanto me quedo sentada en éste banco, aquí me lo paso bien, aunque estemos solos y no haya nadie más. Mientras las manadas de gacelas y antílopes pasan a toda velocidad por delante de mi ventana, yo fabrico reflejos de arco-iris y los cuelgo del techo de mi habitación, para anunciar que ha acabado la tormenta y a ver si esa estúpida araña se va de mi cama de una puta vez. ¿Una escuadra y un cartabón? No me importa, muchachos, podré soportarlo. A partir de ahora soy más feliz aún y podría soportar un escupitajo en la cara cada 5 minutos. Lo juro, juro que podría. Porque cuando crees que no puede ser mejor, ¡PUMBA! ¡Se vuelve mil veces mucho extra súper mejor! Y así todo. Ni siquiera me da miedo el efecto montaña rusa. Desafiaremos las leyes de la gravedad. Tengo todo lo necesario para hacer de un grano de arena, una montaña de tierra.
Lo siguiente será irme a dormir. No sé si es la mejor opción, porque así lo único que puedo hacer es soñar cacadas. Y me estoy quedando dormida pero me da miedo la cama. Agarrarme muy fuerte a los peluches nunca sirve de nada, solo para liberar tensión del cuerpo durante un ratito, hasta que despiertas con los pies en la almohada, o lo que sea.
Que no quiero dormirme, joder, y el alcohol no ayuda, se me caen los párpados como si fueran cortinas de tela, opaca y pesada. Me estamparé contra el teclado. Quiero llorar hasta deshidratarme, hasta que se me sequen los ojos, maldita sea. Que se caigan y rueden como canicas. ¿Y por qué cojones me pongo así de mierdas ahora? ¿Otra vez, Ana? Te estás dando el fin de semana, serás idiota. Ni siquiera sé por qué estoy así. Es posible que mañana esté lo más contenta y piense que soy una idiota por amargarme tanto, o es posible que vaya a peor y me ponga a dibujar cosas abstractas sin ningún sentido, o con demasiado.
Me da igual: mantengo mi teoría de que todos somos gilipollas, y en éstos momentos, yo me siento la reina de la manada.
Por fin parece que vuelve esa sensación. Hace un rato me he quedado dormida escuchando The Cranberries mientras imaginaba cómo habría sido, cómo podría ser, cómo nunca será.
If you should go, you should know I love you If you should go, you should know I’m here Always be near me, guardian angel Always be near me, there’s no fear.
Quiero que se vaya. Ojalá nunca hubiera vuelto.. Contigo no. No. No. No puede ser. No. No. No. ¿O sí? Y yo que sé. Ven, no vengas.. Mierda.
Understand the things I say Don’t turn away from me Cause I spent half my life out there You wouldn’t disagree D’you see me, d’you see Do you like me, do you like me standing there D’you notice, d’you know Do you see me, do you see me Does anyone care
Vete, date la vuelta antes de llegar. Vete. No quiero que vengas, ¿quién te ha llamado? Ah, fui yo. Yo te he estado llamando durante todo éste tiempo. Pero llegas tarde.. ¡TARDE! Tarde al igual que la anterior vez, y la anterior. Pues entérate, solo te diré una cosa:
Sus ojos se helaron en los míos con expectación. Mi cabeza empezó a crear planes descabellados y locos. Evasión. Viajes en el tiempo, milésimas de segundo, carreras a toda velocidad.. Mareo.
- Creo que deberíamos intentarlo – prosiguió, haciéndome volver al mundo real, recordándome que estábamos sentados en la alfombrita, uno frente a otro – No creo que esos duendecillos brillantes que te aseguran un futuro mejor con sus consejos tengan razón. Al menos ésta vez.
En mi cabeza empieza a sonar Bloodflowers, de The Cure. Y ahí estaban los duendecillos, bailando. Es verdad que siempre intentan ayudarme. Suelen acertar en sus teorías, no puedo negarlo, y hasta ahora no había dudado en seguir sus consejos. Pero ésta vez me sentía insegura.
- No quiero renunciar a esto. – susurré, pensando que Bloodflowers habría hecho imposible que me oyeras. Idiota, siempre fundiendo ficción y realidad.
- ¿Entonces por qué dudas? – inclinó su cabeza hacia adelante, intimidándome con su aliento de primavera y obligándome a aguantar la respiración. Me quedé quieta y callada, mirándole con furia.
- No hagas eso, sabes que me desconcentra.
Se rió con esa risa pícara que solo él consigue, y que siempre consigue que le perdone. Su cabeza, cubierta de pelo negro, retrocedió unos centímetros. ¡Maldito chiflado! ¿Y qué es lo que pretenden esos duendes? ¿Por qué intentan arrebatarme lo que es mío? Cerré los ojos. A cada nota, Bloodflowers aumentaba su volumen. Llegó un momento en el que el pánico se hizo conmigo. Debió notarlo, porque enseguida sentí su mano, fría, en mi rodilla. Abrí los ojos y Bloodflowers paró. Entonces me hice bolita y apoyé mi cabeza en su pierna.
- Lo intentaré. – dije, con melancolía en la voz. Él tumbó su cabeza sobre la mía.
Anoche tuve un sueño. Estaba vestida, metida en la cama. Las sábanas blancas. Me tapaba la cara con el edredón, pero dejaba justo un huequito para poder observarte. Sabía que no servía de nada intentar esconderme, que tú te dabas cuenta de que te estaba mirando, pero no me importaba. Me ignorabas, hacías como si yo no estuviera ahí, o como si no me conocieras. Estabas de pie, apoyado contra el balcón, mirando hacia la cama como si estuviera vacía. De vez en cuando yo cerraba los ojos unos segundos, para dejarte mirarme con atención sin sentirte culpable o descubierto en tu juego. A veces incluso aprovechaba y me hacía la dormida durante 10 o 15 minutos, para notar cómo te acercabas a la cama y te ponías en cuclillas a la altura de mis rodillas, que presionaban mi pecho, y me echabas el aliento en el brazo. Pero aún esperaba un rato más, hasta que decidías que no ibas a aflojar la cuerda, y volvías a tu balcón. Era verano, y te veía translúcido con tu chalequito a través de las cortinas que se movían por el viento. Qué grande y qué bonito eres – pensaba entonces. Así pasaban 3 o 4 horas. Al final decidiste darte por vencido y hablarme, mientras yo sonreía con cara de no creerme nada. Me contabas.. Yo que sé qué me contabas. Yo te escuchaba sin interrumpirte ni una sola vez, mientras recorría tu cara con la mirada: tu flequillo, algún trocito de frente que se dejaba ver, tus cejas, tus ojos, tu nariz, los labios, que se movían al ritmo de tus palabras, tus barbitas de dos semanas.. Me mareaba tanta belleza. Levanté una mano y empecé a recorrer con el dedo índice tu tabique nasal, desde la frente hacia abajo, hasta llegar a tus labios, la barbilla, el cuello y, por fin, la nuez. Allí paré mi mano, mientras tú seguías hablándome. Entonces me dijiste que te ibas a buscar algo allí fuera. Me besaste la oreja sin hacer ruido y aprovechaste para darme un mordisquito en el lóbulo. Tu respiración me hizo encogerme un instante, mientras clavaba mis ojos en tu espalda, que se alejaba despacio, flotando, como si yo no estuviera aquí, como si no me conocieras.
Sara, solo tú sabes que en realidad no pudo ser un sueño :(
Quiero que llegue julio, con sus tormentas de verano, el olor a sobaquillos sudados, las caminatas a las 5 de la tarde desde mi barrio hasta el centro, los helados que casi nunca compro, los desayunos de las 4 de la madrugada mientras veo los capítulos de Queer as Folk, y los desayunos a las 12 del mediodía también, los capítulos de Queer as Folk, la pereza que da sacar el violín de la funda, olvidar cómo se escribe, los paseos por la mierda de monte que hay detrás de mi casa, las noches cortas, no ir casi a la piscina, aprovechar que estoy sola en casa para poner la música a todo volumen y volverme loca haciendo como que toco la guitarra y chocándome por las paredes, comer pipas tijuana sentada en un banco, escuchar la Radio Clásica tumbada en el jardín, hacer fotos a todo lo que veo, pegar patadas a las piedras, sentirme libre del todo, correr y gritar por mi calle como si estuviera loca, ir a la piscina a las 12 de la noche..
La primavera me vuelve loca. Lluvia o sol, ¿qué más da? A ti te gusta ver las cosas reflejadas en los charcos, y a mi me gusta que sean las cosas las que reflejen la luz que incide sobre ellas. Así que supongo que al final lloverá. Tú ganas, una vez más, aunque yo ya hace tiempo que aprendí a divertirme chapoteando en cada charco mientras miro al cielo, desfigurando mi reflejo por miedo a descubrir lo que tanto te gustaba de mí. Cada vez que sale el sol te escondes bajo la ducha con esa zorra disfrazada de sirena, y yo no puedo mas que salir a la calle y atormentarme en mi camino, esquivando medusas disecadas, pisoteadas.. Ni siquiera tuviste la delicadeza de avisarles de que te ibas. Pero yo no voy a ser una más, he descubierto tu juego. Cuando hay tormenta corro porque sé que estás cerca, que me estás buscando para hacerme unos cuantos trucos de circo con tus piernitas tensadas, los pies de puntillas, los brazos sobre la cabeza, una vuelta detrás de otra. Todas las noches rezo para no caer en la tentación. Para conseguirlo como dos cajas de yogur, sin respirar, con miedo a llorar: las lágrimas nunca fueron bien recibidas en mi cama. Al acostarme cada noche miro hacia el techo y veo a mi pobre Pinocho, su nariz aún no es muy larga, él se pavonea con su melena rubia que le da un aire de genialidad. Entonces yo me río porque no te das cuenta de que en realidad tu personalidad se basa en tu capacidad de copiar el comportamiento de un verdadero loco de remate, él sí que sabe lo que se hace. Entretanto y de momento un gentil caballero al que aún no he puesto un nombre me envía líricas y melodías con las cejas bien atentas, por si las moscas. Bzzzz Bzzzz!! Un día te enviaré una carta, cuando el yogur me haya tornado tan gorda que no sea capaz de levantarme de la cama. Ese día lloverá, pero incluso tu sirena te habrá abandonado, convertida en medusa: la reina puta de las medusas disecadas.
¿Alguna vez has tenido un espejismo? Yo llevo unos 8 meses desarrollando un espejismo, y ahora no creo que me ponga a parir el más mínimo engendrito de realidad. El periodo de gestación de los gilipollas, según tengo entendido, dura toda la vida desde el momento en que comienza, así que por lo menos estoy contenta de que mi espejismo huela a mandarinas y suene a ‘rockanrol’. A éste ritmo que llevo, voy a tener que vivir con ello durante mucho tiempo. Ser gilipollas, al fin y al cabo, no es algo tan horrible.
¡Ey tú! Si, te digo a ti, pequeña soñadora.. ¡Eres tan impresionable! Te subes a un árbol y observas cosas que nunca habías imaginado tan bellas. Desde ahí arriba puedes ver cómo las hormigas recorren sus filas, cómo un mirlo escarba en la tierra, una hoja arrastrándose por el viento.. Hasta crees ver la silueta de un pensamiento eterno que abandonó tu cabeza para fundirse con el cielo, el mismo cielo que en un reciente pasado intentaste tocar con las yemas de tus cortos dedos..
Calla, no digas nada. Sé de sobra que nunca dejarás de soñar. No mientras seas prisionera de tus propia imaginación.
Alguna vez conocerás a un personaje extraño. Hablará poco, pero en su cara adivinarás que tiene mucho guardado ahí dentro entre la mata de pelo que tapa sus orejas y las protege del frío. Y un día te dirá algo, quizás una frase corta y complicada pero cargada de significado. No la entenderás a la primera, claro que no. Eso sería imposible. Necesitarás pensar en ello durante un ratito para crear tu propia versión, aunque sepas que nunca será del todo acertada. Es tan misterioso que te sorprenderás a ti mismo tratando de adivinar qué es lo que ronda por su cabeza una media de 8 veces al día. Es tan extraño que desearías pasar con él mucho más tiempo, para saber cómo se comporta en cada situación, cómo ve las cosas según la hora que sea o el apetito que tenga en ese momento. Es tan bonito que querrías vigilarlo las 24 horas del día, aprenderte todos sus movimientos de memoria y grabarlos en un sitio del que sabes que nunca desaparecerían. Y por otro lado te gustaría no conocerlo del todo, no entenderlo al completo, porque te encanta el misterio, y no hay nada que más te atraiga que una persona cargada de misterio.