martes, 29 de diciembre de 2009

Justo antes de romperlo decidí publicarlo para no tener que recoger los trozos del suelo. Me niego a que esto sea una historia triste.

Como bien sabes, digo tantas cosas que muchas veces ya no sé lo que me digo. Como también perfectamente sabes, suelo romperlas o borrarlas, y me siento bien haciéndolo. Pero en ocasiones, ya no solo no las rompo o las guardo, sino que las publico en internet para que todo el que decida gastar un rato de su vida leyendo lo que otros escriben sobre la suya se creen una opinión más o menos acertada de lo que me pasa por la cabeza (o por otras partes). He aquí un ejemplo:


Pero y ahora qué más da si tu eres gay o hetero, si yo soy poco femenina o un travelo. Pero qué más da si lo único que tengo es, de vez en cuando, tu extraña compañía, y en menos de lo que soy capaz de admitir se va a esfumar todo menos el tan cierto recuerdo de alguien tan tremendamente incierto, digamos que más incierto de lo que a veces me gustaría reconocer. Bueno, eso y una colección de ataques de locura que ahora me confirman y en el futuro se encargarán de recordarme que tu extraña compañía es a veces más deseada de lo que me gustaría tener que asumir.
Confío en que sabré olvidarme de lo extrañamente bien que estoy en tu extraña compañía, como otras veces anteriormente hice, aunque mientras no me toca, empiezo a imaginar el momento de la despedida.. Siempre como algo tan extremista y bipolar como yo misma me reconozco :)