lunes, 29 de marzo de 2010

Alt.

Anoche lloré, tumbada en mi cama. Lloré porque te ibas. Bueno, más bien, por cuando te vayas. Por cuando te vayas y yo solo pueda decir: 'Muy bien, Ana, lo has vuelto a hacer. Nada se te da mejor.'
Y los primeros meses serán malos pero no tanto, y los siguientes serán horribles, y los siguientes serán los peores. Y yo estaré en mi cubículo viendo fotos, escuchando canciones, viendo vídeos, y dando puñetazos en la pared.
Lloré porque hace un tiempo decidí renunciar a esa parte de mi que tanto me gustaba y me ayudó. Fue una etapa buena pero incompleta. Ahora que has llegado, me has ayudado a aprender a renunciar a no tener nada.

Me rindo.
Me rindo ante mí misma porque mereces la pena, y porque no puedo quedarme estancada en un mismo kilómetro. Me rindo ante mi, ante la vida, ante todo lo que un día creé.
Me rindo por voluntad propia.
Me rindo y, aunque no sea capaz de decírtelo, sigo teniendo la esperanza de que sepas que te has convertido en un imprescindible.
Tú, sin saberlo, me devolviste algo muy valioso. Y no sé cómo pagártelo, cómo afrontarlo.

http://www.youtube.com/watch?v=zxPcmi1U25g