Me transmites paz, seguridad, ganas de vivir y de aprender. Sé dónde encontrarte y dónde no tengo que buscarte, y cuando tu risa llena la habitación esta se pone boca abajo de repente y me entran ganas de correr y de gritar y de cantar.
He aprendido más cosas de ti de las que necesitabas contarme para volverme un poco más de atar.
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