Me pongo triste al mirar las colillas aplastadas sobre el cenicero transparente. Me pone triste la lluvia, especialmente en noviembre y en abril. Me ponen triste los calcetines sucios y la hora de ponerme el pijama. Me pone triste la media rodaja de limón flotando sobre los hielos derretidos del vaso de tubo, y soy la persona más triste del mundo cuando doy al play en cualquier tipo de reproductor en su función 'aleatorio'. Me entristece deshacer maletas casi tanto como los viajes en autobús los martes por la tarde.
Me pongo triste y escribo en el blog. Casi parece un requisito. Ponerse triste, entrar en el blog. Escribir en el blog. Muy triste.
Qué caras más tristes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario