De la constelación de tus lunares me hice preso.
Me gusta la noche. Es mi escudo contra ti. Porque, si me preguntas algo, soy incapaz de mentirte en el 90% de los casos. Y el 10% restante de mentiras son en contra mía y a tu favor.
Por eso me escondo tras el número de mi habitación traducido a kilómetros de oscuridad entre mi ventana y la tuya. Y, como siempre, contar los minutos que pasan no entra dentro de mis planes. O tal vez sí.
Llega un punto en el que me es complicado distinguir mis mentiras de mis verdades. Fernando Savater le puso un nombre a todo esto, un nombre que no voy a compartir.
Dormir sola y hablar sola esta noche son sinónimos.
Supo que estaba perdida en el momento en que vio su cara y le sorprendió el pensamiento de que esta vez nada podría pararla. Un 50% fue decisión propia, el resto fue culpa de la música y el viento.
Y déjate de historias que ya morí en vida mi amor, que ya no me complico.
3 comentarios:
"Y déjate de historias que ya morí en vida mi amor, que ya no me complico"
Genial, genial... deberías dejar de escribir por el bien común
Me da iguaaal, lo digo por el conjunto asi que hazme el favor! jajaj
Joder, como me recuerda a cuando yo estaba enamorada de las mandarinas.
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