martes, 28 de diciembre de 2010

From death to birth.



Cierro los ojos y me llena esa sensación de estar de nuevo en mi lugar. El olor de tu casa, tu propio olor, el sofá, y unas ganas terribles de abrazarte y no soltarte en cuatro días, cuatro meses o cuatro años. De echarme una larga siesta apoyada en tu barriga mientras me acaricias la mano. El calor que me invade cuando me tocas suavecito el pelo y la cabeza, y esa sonrisa de mameluco afectado por el THC que te hace la cara más grande, más bonita y más brillante de lo que normalmente me parece. Tus dedos sobre las cuerdas de la guitarra española y esa voz rasgada interpretando una canción que has debido aprenderte en algún momento de estos tres meses en los que he estado fuera, y de fondo una divertida discusión entre otros dos escombrillos humanos por una de las tonterías más grandes que se puedan imaginar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hermoso escribes, te sigo :)

Green Peach dijo...

Que bien traido :)



-aughter-