lunes, 5 de abril de 2010
No hay manera.
Nunca se me ha dado bien un ‘¿Estás bien?’
No me gusta inmiscuirme en lo que no es mío. Necesito mucho tiempo para saber que puedo hacerlo, que no pasa nada, que no incomodaré, que tal vez incluso ayudaré. No quiero incomodar. No quiero estorbar. No quiero molestar.
Me carcome la pregunta en mi cabeza, necesito respuestas, la presión me supera. Pero estoy acostumbrada, soy yo, me conozco, sé que no explotaré, que podré aguantar por ti.
Lo que me preocupa es hacerlo mal con los demás. Y tú no eres una excepción para mí. Eres de los pocos a los que quiero incondicionalmente. Y la duda, la posibilidad de un sufrimiento del que formo parte, me revienta. Tranquilo, no has hecho nada mal, no te reprocho nada. Lo has hecho todo de forma tan perfecta que no puedo ignorarte en ningún momento.
En tal fecha como hoy, podría decirte esto tranquilamente. No es por vergüenza, por no confiar ni por miedo. Es, como siempre, porque te quiero, y no tengo la confianza en mi misma ni la autoestima suficiente para aceptar que soy bienvenida en tu mundo, por más que me lo has dicho.
Nadie me recomendó que te quisiera a ti. Me preguntaste cómo fue, cómo empezó todo. No supe responderte y sigo sin poder hacerlo. Solo se que cuando conoces a alguien importante, lo sabes desde el primer momento.
Ahora estoy atrapada en tus manos, en tu pelo, en tu cabeza. En tus rarezas.
Pero, de verdad te lo digo, y te lo digo tan de verdad que debes creértelo: está bien, estoy bien. Todo está bien conmigo. Y si estoy bien es precisamente por ti.
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1 comentario:
Me he dado cuenta (es verídico, eh?) que estaba pensando simultáneamente: 'qué poco me importa todo' y 'joder, no quiero echar de menos'.
Me he parecido tan contradictoria y me he dado tanto asco, que se me ha puesto un nudo en la garganta.
Tendremos mocha en la cuisina.
-greses-
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