miércoles, 5 de agosto de 2009

Sal.


No te das cuenta de que estás vivo, y si no lo estuvieras ni siquiera importaría. ¿A quién le importa una vida cuando hay millones en el mundo? Ya.
El día que yo muera, me gustaría que alguien llorara. Pero solo ese día, a partir de entonces quedan prohibidas las lágrimas. Porque hay veces que las lágrimas te queman la cara a su paso por tus ojeras permanentes y tus mofletes blandos y tiesos. Ahí es cuando dejan de llamarse lágrimas, para rebautizarse con el nombre de nostalgia. Entonces sabes que estás perdiendo el tiempo hagas lo que hagas, pero no te importa. Tan solo estás de viaje en este agujero negro con farolas, dando la oportunidad de ser queridos a aquellos a los que, a la larga, te vas a permitir perder. Por los que llorarás el día que te abandonen para ir a la tumba o a cualquier otra parte en la que tú no estés. Por los que solo llorarás ese primer día en el que te das cuenta de que a pesar de no ser muy lista, no estabas equivocada del todo. A partir de entonces te limitarás a ir calcinándote poco a poco la cara en memoria de almas perdidas, cavando así un camino para la más fría y dolorosa nostalgia, la nostalgia que es capaz de sentir solo quien morirá tantas veces como personas le dieron la oportunidad de ser querida.

3 comentarios:

Green Peach dijo...

¿Es tuyo o de la película?


Sea como sea...

¿Sabes cuantísimas veces me gustaría morir? Por mucho dolor que sienta... seguro que compensa, y más al paso que vamos.


Y aunque suene egoista, ojalá murais una vez extra todos "vosotros" solo por mí.


Te quiero tantísimo que te moriré un par.




-dersines-

Anónimo dijo...

Ayer murió mi rodilla jaja
Supongo que si te murieras estaría muy triste tanto como para llorar pero a partir de ese día siempre que te recordara sonreiría con una sonrisa timida por dentro. Suena mal pero...somos pasto de microbacteriasórganicasasquerosas jaja

InFloyd dijo...

Mañana, muy seguramente, se me ocrrirá algo decente que decir a esto.
Pero ahora son las 2 de la mañana del 10 de agosto.
Y sencillamente no puedo pensar.

Sólo sé que tú serías una de las personas por las que más me gustaría llorar. Sobre todo de alegría, pero aunque fuera de penita.

Es algo de lo que estoy completamente orgullosa.

No todos los días, ni siquiera todos los años, encuentras a gente por la que serías capaz de llorar.
Y a mí me tocó encontrar un buen puñado de golpe, hace exactamente un año. :)

P.D.: Ah, pues parece que al final he escrito algo.