A pesar de todo, me alegro de que aún haya momentos en el día y días en el año en los que lo que más me apetece sea enseñarle mi redondo culo al mundo. Querer arrojar sandías al vacío desde mi ventana y ponerle una etiqueta a mi cama que grite en brillante edding negro a los siete universos: 'Si huele a mierda es por tu culpa'.
¿Lo mejor? Mejorarlo.
¿Lo peor? Disfrutarlo.
2 comentarios:
Cómo te quiero, jodido ser endemoniadamente gilipollas.
Te echo de menos, y lo malo es que no es broma.
Nos vemos el martes en la cuisina. :)
Qué mejor que enseñarle el culo al mundo. Se horrorizará porque no sé porqué, el mundo tiene miedo a lo evidente, a los culos partidos por la mitad. El mundo ve un culo y tiembla. Hagamos temblar el muundo.
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