Ni un lustro-so amanecer podría haberme sorprendido tantísimo.
El subconsciente es como una batidora, lo revuelve todo y lo saca en el momento más acertado e inoportuno, al menos en ciertos casos desafortunados en los que se me hace difícil calcular la magnitud de la tragedia. No sé, o no quiero saber, a qué se debe todo esto, pero ya son tres las veces que la batidora del mundo ha querido pillarme por sorpresa e indefensa en un dia como hoy.
Puedo seguir intentando hacerme la loca por dentro. No, esto no es así realmente. Más bien intento no sacar conclusiones precipitadas. Pero a veces todo parece indicar al sur, y es entonces cuando te das cuenta de que tu camino está a punto de cambiar y de que no quieres perder el norte en el que siempre creíste y confiaste. Tienes miedo, y eso es absolutamente lógico y comprensible. Sobre todo cuando sabes que en el sur las mandarinas no aspiran a la medalla.
2 comentarios:
Anita querida, tu locura me indigesta :)
Se me ocurren muchas cosas para decir, así que no diré ninguna, aunque me comería un yogur de limón y posíblemente lo haga.
-brogolli-
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